En la industria de la salud, la ciberseguridad es crucial para proteger tanto la privacidad de los datos de los pacientes como la continuidad de la atención médica.
Entre los riesgos cibernéticos que enfrenta este sector se encuentran los ataques de ransomware, que pueden bloquear el acceso a sistemas médicos esenciales; los ataques de phishing, que buscan obtener acceso a información confidencial de los pacientes o credenciales de los empleados; y los incidentes de pérdida o robo de datos, que pueden exponer información sensible y causar problemas legales y de cumplimiento.
El impacto de estos riesgos es grave: un ciberataque puede comprometer la privacidad de los pacientes, interrumpir la disponibilidad de servicios médicos críticos, y llevar a consecuencias legales y regulatorias significativas.
Además, las interrupciones operativas derivadas de un ataque pueden poner en riesgo la seguridad de los pacientes y afectar la confianza de la comunidad en la organización de salud.
Implementar niveles de seguridad adecuados en herramientas, procesos y protocolos permite a las organizaciones de salud minimizar estos riesgos y asegurar la continuidad de su misión de brindar una atención médica segura, confiable y confidencial en todo momento.